Terminó la temporada de fútbol-8 en la Comunitat Valenciana, a falta de la Copa Campeones de Alevines de la FFCV y los torneos veraniegos que ya están disputándose estas semanas. Son días de reflexión, de valoración de la campaña finalizada, de regocijarse en los aciertos y tratar de encontrar solución a los errores. Días de análisis en las diferentes escuelas y de arrancar la configuración de las escuadras para la temporada 2016-2017, con las novedades en cada equipo, las altas y las bajas y, por supuesto, un año más en la ‘mochila’ de todos los pequeños.
También son días de vértigo para muchos futbolistas y sus padres, especialmente si el jugador termina su etapa como Alevín de Segundo Año. Ya no es un chiquillo: con doce años, camino de trece, llega el momento de entrar de lleno en la adolescencia y, cómo no, también en el fútbol-11. Un cambio sustancial a ambos niveles y que obliga al entorno que lo rodea a hacerse muchas preguntas.
El salto del fútbol-8 al fútbol-11 pone fin a un ciclo de seis años (etapas Prebenjamín, Benjamín y Alevín) en el que el niño ha pasado de realizar los gestos técnicos más básicos a convertirse en una ‘esponja’ de aprendizaje, capaz de captar con rapidez todo aquello que ve y pretende repetir sobre el terreno de juego. Puede absorber conocimiento y habilidades positivas (en forma de regates, disparos, asistencias, dotes de liderazgo, compañerismo…) pero también gestos feos, actitudes reprochables y comportamientos que no reflejan los valores que se pretenden inculcar. Añadan a eso el cambio hormonal, físico y mental propio de esa edad, y nos topamos con territorio delicado que hay que transitar con mucho tacto.
El paso a fútbol-11 es duro. Cambian las dimensiones del campo, cambia el número de compañeros, se multiplica el número de órdenes tácticas, el físico se convierte en un elemento fundamental… El jugador y su entorno se ven obligados a ‘hacer piña’ y replantearse prácticamente desde cero su estilo de juego, sus condiciones, la mejor manera de adaptarse a tantas novedades al mismo tiempo. La categoría Infantil, además, cuenta con la desventaja de tener poca cobertura a nivel mediático, ya que se halla en ese ‘limbo’ que transita entre fútbol-8 y fútbol-11 en el que los niños y niñas ya no son tan niños, pero tampoco se les puede exigir el nivel de competitividad que las categorías Cadetes muestran año tras año.
ESPORTBASE, en un esfuerzo que demuestra la decidida apuesta por la formación en todas sus etapas, comenzará próximamente a tratar el fútbol de la Comunitat en la categoría Infantil. Y Cadete. Y Juvenil. Poco a poco, sin descuidar la cobertura del fútbol-8, de manera paulatina y progresiva, pero con la máxima responsabilidad y ambición.
DESDE JULIO DE 2016, HABRÁ UN BOTÓN DE FÚTBOL-8 Y OTRO DE FÚTBOL-11 QUE AYUDARÁ A LOS LECTORES DIFERENCIAR LOS CONTENIDOS COMPARTIDOS Y ESPECÍFICOS DE CADA MODALIDAD.
Este periódico quiere crecer junto a los chavales y acompañarles en un viaje apasionante, año tras año, a través de las diversas categorías de nuestro fútbol base. El objetivo es el de ofrecer una guía para ellos y sus familias, la mejor experiencia informativa a la par que formativa para contribuir a la consolidación de un modelo deportivo basado en los valores, el compañerismo y la educación. Queremos aprender con ellos, colaborar con ellos y crecer con ellos. Por eso, al igual que muchísmos jóvenes de la Comunitat, afrontamos este verano con ese cosquilleo en el estómago. ¡El fútbol-11 ya está aquí!