«Welcome to the jungle»: Benimaclet y la peor pesadilla de Xavi Hernández

Hubo una época, coincidiendo con los ‘piques’ entre Barcelona y Real Madrid, en la que había quien se mofaba del blaugrana Xavi Hernández cuando recalcaba las malas condiciones del terreno de juego, su sequedad, la altura de la hierba y demás detalles que pudiesen afectar a la disputa del choque. Detalles que pasarían inadvertidos en el barrio de Benimaclet, donde a día de hoy tienen problemas de mucha mayor envergadura: para empezar, un campo de fútbol impracticable en el que resulta absolutamente imposible jugar al fútbol en condiciones.

Imposible chutar un penalti... | Foto: Paco Polit

Imposible chutar un penalti… | Foto: Paco Polit

Daniel Tudela (presidente del Sporting Benimaclet) y Fran Torrecillas (secretario) reciben a ESPORTBASE una despejada mañana de noviembre. Al igual que en el escudo del club, el sol asoma por el horizonte y baña con su luz una maleza que ha devorado el lugar donde, hasta hace no demasiado, se disputaban intensos compromisos oficiales. La estampa es desoladora. «Ocurrió cuando se pasó de campo de tierra a hierba artificial, a partir del año 2000″, rememora Tudela, quien señala los cambios en lugares emblemáticos como Torrefiel, Benicalap, Marxalenes o Torre Levante. El Sporting Benimaclet fue el único que no hizo ese cambio y, ocho años después, había pasado de tener dos o tres equipos por categoría a perder progresivamente prácticamente a todos sus futbolistas: «La tierra se llevó a los niños».

Sin embargo, el Benimaclet nunca ha dejado de existir. Dado el lamentable estado de su campo, sus nuevos dirigentes (la junta directiva se formalizó hace unos meses) ha tenido que tirar de agenda y convertirse, ellos mismos, en captadores de futbolistas. Y, además, las condiciones del Polideportivo de Benimaclet (donde juegan desde hace tres temporadas) no son las más adecuadas para los entrenamientos: dimensiones reducidas, necesidad de compartir con cuatro o cinco escuelas más… «Querubines, Prebenjamines y Benjamines entrenan todos apretados a la misma hora; y luego los dos equipos Alevines, también a la vez», comenta Torrecillas. «En 2012, cuando hicimos el traslado, teníamos doce jugadores; ahora tenemos sesenta. Todos del barrio, o amigos que vienen de fuera. El problema es que los niños crecen y, cuando finalizan su etapa Alevín, se ven obligados a irse«, puntualiza Tudela. Los entrenadores diseñan «como pueden» las sesiones, aprovechando hasta el último centímetro cuadrado del Polideportivo.

Así era el Campo de Benimaclet en los años noventa... | Foto: Sporting Benimaclet

Así era el Campo de Benimaclet en los años noventa | Foto: Sporting Benimaclet

El campo del Sporting Benimaclet fue, durante gran parte de los años noventa, uno de los escenarios de referencia en el panorama futbolístico del Cap i Casal. De ahí la sorpresa y estupor de gran parte de las personas vinculadas al mundo del fútbol que visitan un terreno de juego que, actualmente, parece una auténtica jungla. «No se lo creen. Aparece gente que llevaba años sin venir y no deja de preguntar qué ha pasado, qué ha pasado..», admite el presidente.

Ha llovido mucho desde que un grupo de quince niños del barrio se juntase para jugar al fútbol sala y, finalmente, fundase en 1991 el club para disputar partidos de fútbol-11. Aquel campo era peculiar hasta en sus dimensiones: 107 metros de largo, más grande que el Camp Nou («a alguien se le fue la mano midiendo», comentan entre risas). También su propiedad fue objeto de polémica en su momento, aunque ahora el terreno pertenece a una constructora y al consistorio, inmersos en un proceso legal con un PAI de por medio que tiene paralizada cualquier actividad en el lugar. El Sporting Benimaclet reclama ayuda: «El Benimaclet iba a ser la experiencia piloto de gestión de espacios municipales… y hemos acabado siendo olvidados, los últimos de la fila. Veinte años de promesas incumplidas. Ahora, con el nuevo Ayuntamiento, volvemos a intentarlo«, lamentan. Varios políticos (Joan Calabuig, entre otros) han visitado ya ‘in situ’ el campo. El Benimaclet pide poco: «Tratamiento de la tierra, los tepes de césped artificial y poco más. Mucho más barato que la mayoría de instalaciones, y todo reciclable: podríamos trasladarlos a otro lugar después. Si hubiese voluntad, en apenas un mes podrían completarse las obras».

Escudo del club | Foto: Paco Polit

Escudo del club | Foto: Paco Polit

El fondo de la cuestión no afecta al terreno de juego, sino a la propia supervivencia del club, que celebrará en 2016 sus ‘bodas de plata’. «Es una cuestión de voluntad», recalca el dirigente, «y de que se sienten las partes. El futuro del club está en juego: cada año se nos marcha media escuela cuando terminan la temporada los Alevines, ya que no pueden seguir con nosotros al carecer de espacio para albergar más categorías». Un problema que frena a muchos padres a la hora de enrolar a sus pequeños en el Sporting Benimaclet. La voluntad y la originalidad son dos armas poderosas en manos de un club con canteranos ilustres, como el ex valencianista Jaime Gavilán, y que trata de concienciar a todo el barrio de la necesidad de luchar por el futuro de una entidad deportiva tan importante. «Ojalá se hubiese reivindicado antes, porque muchos clubes sí lucharon por su derecho a instalaciones dignas y las consiguieron», coinciden ambos.

El XXV aniversario del club verdinegro está a la vuelta de la esquina y 2016 marca el sueño de esta humilde escuela futbolística: «Soñamos con empezar la temporada 16-17 en hierba artificial. Sin eso, a la escuela le quedan apenas un par de años de vida. Un campo. Sólo queremos un campo«. Un césped en condiciones del que Xavi Hernández pudiese estar orgulloso.

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Fundador y director de ESPORTBASE Media desde 2015. Periodista, educador y deportista. Tras una década con los 'mayores', descubrí lo satisfactorio que es inculcar valores deportivos y personales a los niños. Mi padre fue mi héroe.

Un comentario en “«Welcome to the jungle»: Benimaclet y la peor pesadilla de Xavi Hernández

  1. Una lástima que por causas ajenas no se pueda disfrutar de un sitio para practicar deporte.
    Por cierto, el color del texto es demasiado claro y cuesta leerlo.

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