Afrontamos semana de derbi valenciano y, como siempre, los análisis van a centrarse en las necesidades y urgencias de dos equipos, Levante y Valencia, que distan a fecha de hoy de mostrar su mejor cara.
Con el importantísimo paréntesis de la UEFA Europa League, que disputarán a apenas 72 horas del choque de trenes en Orriols, el Valencia CF dista mucho de estar en un buen momento de forma tras un par de derrotas dolorosas en una temporada errática donde las haya. Tres cuartos de lo mismo sucede en el club granota, sumido en las profundidades de la tabla y al que las oportunidades de resurgir se le agotan con el paso de las semanas.
Un derbi valenciano siempre es un partido especial y, en este caso, queremos detenernos en los aficionados más jóvenes. Desde hace ya muchos años, la Valencia futbolística tiene la fortuna de tener unos equipos reconocibles y populares, exitosos y con personalidad propia, que han permitido dejar atrás épocas oscuras en las que el bipartidismo balompédico (Barça y Madrid) arrasaba también con las afinidades de los más pequeños. Hay mucho niño valencianista y mucho niño levantinista, y verles lucir orgullosos sus camisetas es una enorme satisfacción para todos.
Por eso es responsabilidad de los clubes, dirigentes, plantillas e hinchadas brindarles un buen espectáculo el domingo. Incluso en una situación límite como la que viven ambos equipos, la tensión no debe ser excusa: sí, el Levante está al borde del abismo de Segunda, y sí, el Valencia necesita imperiosamente ganar para que el incendio en su seno no pase a mayores. Pero nada más. Episodios como el vivido hace año y medio, con el amago de ruptura de relaciones entre ambas entidades, afean y empañan lo que debería ser la gran fiesta del fútbol valenciano. Y los más jóvenes no se merecen tener como referencia actitudes así.
Desde ESPORTBASE deseamos que el domingo se viva un partidazo en Orriols disputado con deportividad y concordia. Tenemos que dar ejemplo. ¡Que gane el mejor!