El fútbol de verdad es el implica algo más que ganar o perder

Estamos acostumbrados a escuchar en la radio a las principales estrellas del fútbol, a leer sobre ellos en los periódicos, a ver sus partidos en la tele y a que sean los protagonistas únicos de los espacios deportivos en los informativos. Sin desmerecer en absoluto al resto de deportes ni al fútbol profesional (que cada vez se parece menos al deporte que en su día fue), los verdaderos protagonistas son los niños, esos que tratan de emular a sus estrellas, con el único objetivo de pasar un buen rato con sus amigos.

En 10 días de torneo en l’Alcudia, hemos podido comprobar como un combinado de chavales venidos del Sahara, ha realizado una competición a un excelente nivel, pese a llegar a España en un vuelo charter, (algunos llegaron en un vuelo regular días más tarde por problemas con el visado) sin equipaciones (que les ha proporcionado la organización), sin botas (las han conseguido gracias a donaciones de muchos clubs interesados en echar una mano) y sin conocerse (llegaban de campos de refugiados distintos). Pese a no conocerse, no contar con el material óptimo para competir en igualdad de condiciones con los equipazos que se han presentado al Promeses, su capacidad de adaptación y su verdadero amor por este deporte, les han permitido vivir una experiencia inolvidable.

«Lo imposible solo es complicado» Carles Puyol

Dudu | FOTO: Esportbase

Dudu | FOTO: Esportbase

Tuve el privilegio de compartir un rato de charla con Dudu, uno de los jugadores de ese combinado que ha llamado la atención de todos por su habilidad y olfato de cara a portería, pero que además, atesora una madurez que está a años luz de la del resto de chavales, que como el, tienen 11 años, pero que sin embargo gozan de comodidades que el, ni tan sólo puede imaginar (agua corriente, luz, zapatillas de deporte, educación digna…). Pese a ello, quiere jugar a fútbol, le gustaría tener la oportunidad de hacerlo a nivel profesional y por primera vez, ha conseguido disputar una competición en Europa contra chicos de su edad, algo que en su día a día, es imposible.

Todo les resultaba extraño. El césped lo primero (allí juegan en campos improvisados en cualquier descampado en el que quepan los 30 o 40 que juegan un partido), luego las botas (ellos hacen deporte descalzos o en chanclas) y por último el competir contra gente de su misma edad. Todas estas circunstancias, de las que son plenamente conscientes, les llevan a una reflexión: «Estoy convencido de que si cualquiera de los jugadores de aquí vienen a jugar al Sahara, seguro que les vamos a ganar, pero cuando somos nosotros los que venimos aquí, lo normal es que perdamos» contaba Dudu, que sabe de la dificultad que entraña el fútbol en el que se ha criado, y que en la charla posterior, argumentaba este comentario, con la dificultad que entrañaría para chavales acostumbrados al césped y las botas, a pasar a la tierra y los pies desnudos.

El fútbol de verdad es el implica algo más que ganar o perder. Es ese que se juega con los amigos para echar el rato, ese que sirve como vía de escape a una realidad, que es mucho más dura de lo que creemos, y de la que consiguen evadirse un rato, gracias al deporte, pese a que algunos se empeñen en hacer un conflicto político de el, el resto les da la espalda en pro de los derechos humanos y en este caso, de la felicidad, en forma de pelota.

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Periodista todo terreno y parte de la redacción de deportes en Ondacero Valencia desde 2013. Tras dirigir los deportes en los informativos territoriales de TV Mediterráneo, sigue narrando eventos deportivos a nivel nacional y ahora, además, escribe sobre el fútbol de verdad aquí, en ESPORTBASE.

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