El dilema de los contenidos en el entrenamiento del fútbol base

“Yo, en cambio, tuve la gran suerte de tener entrenadores que valoraban el fútbol”

Primera clase de literatura en el elitista Colegio Wellington con el profesor Keating en la película “El Club de los poetas muertos”, leyendo la primera lección en voz alta donde un eminente autor trataba de explicar un método para medir la calidad de la poesía utilizando dos vectores, el profesor, ante la sorpresa de sus alumnos, manda arrancar la hoja del libro donde el Dr. Prichar plantea tal desatino. Extrapolando la idea al mundo del fútbol de formación, si la poesía “era otra cosa” más allá de unas coordenadas de medida, los contenidos de los entrenamientos de los futbolistas jóvenes en formación no pueden estar únicamente fundamentados en la táctica colectiva (una copia de los entrenamientos de los equipos profesionales de fútbol), sino en el aprendizaje de los fundamentos, de ataque y defensa, adaptando la exigencia de forma progresiva al nivel de los jóvenes futbolistas que es el camino concreto para que el jugador conozca el fútbol.

ALGUNOS EJEMPLOS DE ENTRENAMIENTOS, ¿MAL REALIZADOS?

“No hay viento favorable para el que no sabe dónde va”

 Un día cualquiera, pruebe y asómese a ver un entrenamiento en algún campo de fútbol, lo más probable es que pueda observar a entrenadores de equipos de formación utilizando una sobredosis de Táctica colectiva en sus diferentes variantes:

  • Ejemplo Félix, entrenador de fútbol cadete masculino, ha venido hoy muy motivado, el próximo sábado hay un partido muy importante contra el segundo clasificado de la liga y cree que ha encontrado la solución para ganar. Después de calentar, mueve a los delanteros como en la pizarra de un campo magnético en un intento de coordinar una estrategia ofensiva infalible para el fin de semana.

Muchas veces, este tipo de entrenadores al comprobar que los movimientos de sus jóvenes futbolistas no se adecuan exactamente a lo explicado con las fichas, al introducir, por ejemplo, otros elementos del juego como la defensa, pierden el control y el entrenamiento se convierte en un campo de minas aversivas.

  • Ejemplo Juan, jugador del equipo infantil, debe llevarse a su casa al terminar el entrenamiento las fotocopias que le ha entregado su entrenador con las jugadas de estrategia [aunque hay otros clubes más tecnificados y, en ese caso, se llevan el arsenal estratégico en un Pen drive].

+ Jugada 1- Saque de falta indirecta desde la frontal del área.

+ Jugada 1-Variante 3- Saque de falta indirecta ligeramente escorada a la derecha.

+ Jugada 2- Córner desde el lado izquierdo con marcador a favor.

Paradójicamente en el entrenamiento real, cuando el jugador encargado de sacar la falta o el córner golpea el balón su eficacia en llevarlo hasta el punto exacto donde pone en el esquema que debe rematar el compañero suele ser muy baja, casi nula. ¿Cuál es el principal error?, la técnica del golpeo del balón, y es que una vez más estamos tratando de construir la casa por el tejado.

  • Ejemplo 3. Con esta disposición táctica el R. Madrid ganó la 10ª Copa de Europa, así que Pedro plantea hoy un plan de entrenamiento del sistema 4:3:2:1, concretamente 11 jugadores practicando por líneas los diferentes movimientos en ataque y defensa.

Mientras, el resto del equipo observa impasible como va desarrollándose el ejercicio sin apenas intervenir, exceptuando alguna rotación y escuchando las continuas explicaciones del segundo entrenador sobre lo que deben hacer. 

CUANDO GANAR NO ES LA MEJOR MANERA DE FORMAR

“En mi último año en Valencia publiqué un libro: Mentalidad Ganadora. Fíjate si fui valiente. Todos mis detractores en Valencia decían: “¡Pero si no gana nada!”. Mentalidad ganadora no la tiene el que gana, sino el que siempre busca mejorar”.

Desengañémonos, ¿qué late en la mayoría de los entrenadores que entrenan únicamente la táctica colectiva? Una obsesiva y casi única búsqueda del resultado de ganar en las competiciones por encima de cualquier otra consideración, sin que la idea de formar a los futbolistas jóvenes con un trabajo bien planificado a largo plazo, esté en el centro de sus prioridades.

Los agentes deportivos en torno al fútbol de formación deberíamos estar alerta, pues existe un erróneo magma que alimentan muchos Clubes que buscan conscientemente estos atajos, donde varios futbolistas jóvenes se pierden y algunos padres se equivocan, tomando decisiones erróneas con respecto a la carrera deportiva de sus hijos al imponer como valor supremo del fútbol-base el ganar. “El mercadeo del fútbol-base” titulaba en su sección de deportes un periódico de León en donde se extraía una conclusión sangrante: “el fútbol-base pasa muy a menudo de ser un deporte a ser un mercado. Lo importante es el resultado. No la educación. No la diversión. No la práctica de un deporte”.

Existe una certeza muy evidente y es que los niños quieren ganar y todas las teorías en contra de poner marcadores, esconder los resultados, etc. no son más que paños calientes pues al final los niños siempre se enteran del resultado. Lo que sí es conveniente aclarar es que ganar no debe ser el principal objetivo del fútbol de formación y que hay que ir equilibrando esa orientación natural de la motivación de los niños con otro tipo de estrategias.

Por ejemplo:

  • Que los futbolistas tengan objetivos de realización concretos para cada partido.

Así Raúl, jugador cadete, debe lanzar a portería siempre que esté solo en la frontal del área y su defensor alejado. Al finalizar el partido el entrenador de Juan le da un feedback concreto sobre las veces que ha realizado esa conducta y la mejora, por ejemplo, con respecto al último partido jugado [aunque en este partido el equipo de Juan haya perdido 5-2].

De esta manera el entrenador consigue que lograr la victoria [“la victoria y la derrota son dos impostores”] no sea el único objetivo que guie la motivación de los jóvenes futbolistas, indicando otros factores de progreso a los que estos deben prestar atención, convirtiendo la competición en una parte más del entrenamiento.

UNAS GOTAS DE SABIDURÍA

  1. Cruyff. En relación a los contenidos del entrenamiento:

“Dos caminos divergían en un bosque y yo tomé el menos transitado de los dos”

  • Jugar bien consiste en ejecutar correctamente todos los movimientos: el ritmo del balón, el control, cómo lo pases, la posición, los centros…son factores decisivos que hay que manejar con la técnica suficiente para que su ejecución sea un éxito. Por desgracia estas cosas se trabajan cada vez menos en los entrenamientos.
  • Si estás entrenando a un chaval le debes explicar cómo debe tocar el balón, con qué parte del pie, en qué posición ponerse para golpearlo, qué precauciones tomar si se le acerca un rival, qué circunstancias ha de tener en cuenta, cómo debe de ser de rápido al ejecutar…Muchos entrenadores de futbol optan por hablar de otras cosas: la táctica, la preparación física, que por muy importantes que sean, nunca lo serán tanto como la técnica, y se van alejando de lo esencial.
  • Los orígenes del fútbol nos dicen que, en la mayoría de ocasiones, el fútbol es técnica y que por eso se debe empezar en las categorías inferiores.

Giusseppe Lasoni. En relación a entrenadores:

“No es lo mismo enseñar, que entrenar”

  • Jugamos contra el mejor equipo juvenil de la competición y me pareció un equipo muy parado, pendientes de no equivocarse y de hacer cosas estudiadas, entiéndeme, muchas jugadas: triángulo y cuernos para los saques de esquina, la dos para las faltas laterales, etc. Es muy difícil transformar eso, porque los entrenadores tienen un bagaje muy limitado donde sacar sus impresiones: los cursos de entrenadores y la televisión. Entonces, todo lo que ven los entrenadores no es enseñanza, es cátedra.
  • En edades jóvenes se juegan muchos sistemas y se copia a los entrenadores consagrados: Simeone, Guardiola, etc. En este Club, por ejemplo, no tenemos ningún sistema de juego. Ni uno, ellos juegan como quieren. Marco algunas normas y van cogiendo una forma de jugar que nos funciona.
  • Falta cultivar la intuición en los jóvenes. Y generalmente yo veo a los entrenadores que gastan mucho tiempo moviendo tácticamente a los futbolistas.

ALGUNAS SUGERENCIAS

“El mejor entrenador es el que enseña la técnica”

 Algunas iniciativas que pueden tomar los técnicos para optimizar la calidad de los entrenamientos:

+ ¿Qué contenidos deben tener prioridad?

La prioridad debe ser la creación de recursos técnicos y tácticos elementales que posibilite a los futbolistas enfrentarse adecuadamente a las demandas que vayan a encontrarse en la competición. Así, el objetivo general de los ejercicios debería ser el aprendizaje de:

1º.- La ejecución de los movimientos.

Por ejemplo, realizar ejercicios donde se enseñe a utilizar la técnica correcta para dar un pase o golpear bien el balón.

2º.- La toma de decisiones.

Por ejemplo, ejercicios donde el deportista pueda decidir anticiparse en defensa, decidir pasar a un compañero, regatear o tirar a portería.

El proceso consiste en que una vez que el joven futbolista va dominando la técnica, el entrenador puede ir introduciendo el aprendizaje de la táctica más básica, es decir, ejercicios donde deba tomar decisiones en diferentes situaciones.

+ Un camino olvidado que convendría retomar.

“Los futbolistas jóvenes de hoy juegan menos fuera del club que en mi época. Cuando yo tenía diez años, cada día jugábamos en la escuela y en la calle mucho más de lo que se juega ahora. Eso para la técnica es muy importante”.

Sencillamente poner las condiciones para jugar al fútbol porque “los niños ya no juegan”, únicamente se dedican a entrenar de forma siempre guiada un número limitado de días a la semana.

Dos ejemplos:

+ Nada más entrar a las instalaciones del Club MasRiver de Madrid, uno se topa de frente con un pequeño campo de fútbol con unas vallas altas y que tiene una pequeña placa con una dedicatoria. Pues bien, en ese pequeño reducto donde se cuelan a jugar juntos jugadores de distintas categorías del club antes o después de cada entrenamiento, se produce la magia de la espontaneidad, donde puedes ver desde pequeños partidos improvisados, a derroches de técnica individual, rondos y solo observas sonrisas, ritmo de juego, concentración. Son niños que nunca quieren irse a casa cuando sus padres les reclaman porque sencillamente en esos instantes son felices y hacen lo que más les gusta: jugar al fútbol.

+ Noticia: recientemente el Arsenal ha fichado un niño buenísimo, que es montenegrino e infantil. Ese niño, para jugar así al fútbol, tiene que haber dedicado muchas horas a jugar, no saliendo a correr al parque, no de hacer pesas, no de defender continuamente o realizar entrenamientos donde únicamente se realice táctica colectiva. Ese niño ha jugado al fútbol como decía Johan Cuyff que había que jugar, en un parking: “si chocas contra un jugador y te caes al suelo de cemento te haces daño. Así que tienes que espabilarte, aprender a moverte con más rapidez y decidir con más celeridad qué haces con la pelota o tus movimientos sin balón. Con este pequeño detalle de un entrenamiento ya estás condicionando dos o tres aspectos muy importantes del juego: posición, control de balón, velocidad, concentración. A la larga, todo esto te servirá y tendrá consecuencias directas sobre tus prestaciones en el campo”.

Y este niño cuando ha jugado un poquito bien, sus padres no le han limitado a jugar nunca y estaba perfectamente preparado para cuando ha recibido la llamada del Arsenal poder dar “el gran salto” directamente a las categorías inferiores de un Club de fútbol profesional.

+ Evaluación Postpartido.

Después de una competición, ¿qué tipo de información manejan los entrenadores de futbolistas jóvenes para que esta sea realmente efectiva?, con todos los datos estadísticos que existen ahora en torno a cualquier equipo de fútbol-base, la mayoría de las veces se hacen evaluaciones demasiado genéricas basadas en datos de resultados. Lo esencial que deben analizar es si sus futbolistas fallan en los pases, los desmarques o en los tiros a portería para no hacer en el próximo entrenamiento un puñado más de nuevas jugadas de estrategia. Sencillamente ponles a realizar ejercicios de ejecución de pases que tengan una dificultad creciente, a realizar desmarques y a lanzar mil veces a portería. Así, trasformarás la información recogida en el partido en conocimiento útil para los entrenamientos de tu equipo.

LA MOTIVACIÓN DE LOS ENTRENADORES

“Tú para enseñar, debes enseñar cómo tirar a portería, cómo regatear, cómo pasar… y no es fácil. Hay que estar con alguien que le guste eso”

Un aspecto prioritario al que los directores deportivos deberían prestar especial atención es la adecuada motivación de los entrenadores de la Escuela o Club de fútbol que dirijan. Así, ésta debe estar ajustada a los objetivos formativos del fútbol-base, para ello el entrenador:

  • No debe intentar reproducir el fútbol de élite en los entrenamientos.
  • No debe focalizarse de manera prioritaria en los resultados deportivos.
  • Es muy importante que el disfrute con su papel de educador-formador.

“El placer del entrenador de fútbol ha de ser el placer de un artesano, no el de un industrial. Somos artesanos de la enseñanza y la formación del deportista. El entrenador ha de ser feliz con el progreso de su deportista, no con el objetivo final que consiga. Feliz por el proceso, no por la victoria. Eso es lo que debe llenarnos de satisfacción. El primer placer es ver crecer a tus jugadores”.

REFLEXIÓN FINAL

Es en este contexto donde debemos plantearnos seriamente que ésta no debería ser una batalla, sino una guerra donde se deberían involucrar las escuelas y los clubes de fútbol de formación, los directores deportivos, los entrenadores y los padres con el objetivo de lograr otras ambiciones en el fútbol de formación: “nuestra obligación no es solo ayudar a los jóvenes a ser buenos futbolistas, sino también a ser buenas personas,  por eso debemos inculcarles una serie de valores que puedan servirles para la vida. El porcentaje de los que se dedicarán profesionalmente al fútbol no será muy grande”.

El trasfondo que siempre debemos recordar es que el deporte en sí no es bueno, únicamente es el deporte realizado bajo determinadas pautas el que sí logra los beneficios asociados a su práctica. Así que por el bien de nuestros jóvenes futbolistas deberíamos gritar en voz alta: ¡hasta nunca Dr. Evans Prichar doctor en filosofía y todos sus émulos en el ámbito del fútbol de formación!

J. Enrique Rincón
Psicólogo deportivo
www.psicologiaparaentrenadores.com
www.psicoaching.net

Autor / 22 publicaciones

Psicólogo deportivo. Licenciado en Psicología y Máster en Psicología de la actividad física y del deporte de la UNED, Premio Isabel Blanco al mejor trabajo de Psicología aplicada. Coautor del libro “Psicología para entrenadores. Factores mentales clave para el rendimiento” (Editorial Punto Rojo, 2016), tiene una amplia experiencia en el asesoramiento y formación a entrenadores de fútbol e intervención psicológica con futbolistas. Actualmente es consultor en Psicoaching y colabora en ADN Global (Argentina) y la Agencia de representación de futbolistas Duxae Sports. Puedes comunicarte conmigo en psicologodeportivoadnsport@gmail.com

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