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La educación emocional sigue siendo la asignatura pendiente en el fútbol base

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Foto: FFCV

El psicólogo deportivo Ximo García Lluch lleva nueve años ligado al Club Colegio Salgui, liderando una batalla muy personal para erradicar la violencia en el fútbol base a través de la educación en valores. Su función en el club ha sido ayudar a los jóvenes jugadores a compaginar el estudio con el deporte y a crecer como personas de forma complementaria a la educación deportiva.

Pero, impotente por el corto radio de actuación de su sistema -solo podía centrarse en siete niños por temporada-, ha ideado un nuevo y ambicioso proyecto para alcanzar a los 250 jóvenes que componen la escuela del Salgui. Su proyecto se basa en la educación emocional y pretende impactar sobre jugadores, padres y entrenadores, para que todos los actores que forman parte de la ecuación de formación de los niños, entren en juego y caminen en la misma dirección.

García LLuch expondrá su proyecto en el II Congreso de Fútbol Base que organiza la FFCV el próximo 13 de octubre y que se centra en la problemática de la violencia en las categorías de formación.

Consiste en estudiar y ayudar a controlar emociones como la ira, el enfado o la euforia, que pueden afectar al rendimiento del jugador sobre el campo”, explica el psicólogo, que entiende estos estados de ánimo como una de las causas de la violencia en el fútbol base, también cuando el jugador los percibe en sus padres o en el propio entrenador. “Los niños son los receptores de las frustraciones, manías, obsesiones e intereses de los adultos, tanto de los padres como de los directivos y entrenadores”, critica.

Por ello, García Lluch concibe la educación emocional como una asignatura pendiente, pero esencial, en el fútbol base. Ya no solo entre los jóvenes jugadores, sino también entre  padres y entrenadores, que son los modelos que los niños imitan: “Cuando son pequeños, reciben un doble mensaje, el de sus técnicos y el de sus progenitores, y cuando son contradictorios el nano lo vive con mucha presión y con ganas de dedicarse a otra cosa”.

Es muy importante la labor de los psicólogos en los clubes. Los padres cada vez tienen menos tiempo para educar y las escuelas, como entidades deportivas que son, tienen como función principal formar en el deporte, solo enseñar a jugar a fútbol”, analiza García Lluch y concluye: “Ahí es donde entra la labor de la psicología en la formación personal y emocional, moviéndose en el terreno de los comportamientos y las conductas en niños que están expuestos a mucha presión”.

García Lluch ya ha implantado su proyecto en el Salgui, empezando por los infantiles: “Y si sale bien lo extenderemos a otras categorías las próximas temporadas”. Cree que el camino para erradicar la lacra de la violencia en el fútbol base pasa por este tipo de medidas educacionales y descarta las sanciones restrictivas: “Estoy en contra de prohibir la entrada a los padres a los entrenamientos o a los partidos. Lo que educa es tener al padre cerca, en la grada, y si surge algún problema, prefiero corregirlo mediante un plan formativo, porque expulsar al padre es lavarse las manos y que el problema continúe en casa”. El Club Colegio Salgui es de los pocos que cuenta con un departamento de psicología y el único de la Comunidad Valenciana que ofrece un apartado dedicado a esta faceta del deporte en su web.

Ximo García Lluch formará parte de la Conferencia ‘Violencia en 3D’ enmarcada en el Congreso ‘Stop Violencia en el Fútbol Base’ que se celebrará en la Universidad Politécnica de Valencia el próximo 13 de octubre. En esta conferencia, junto a otros expertos en psicología, sociología y biología, analizará las causas y el origen de la violencia en el deporte base.

Texto: FFCV

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